The Cure.

Abrí la puerta y lo vi allí, acongojado y con la mirada clavada en el suelo para que yo no notara su tristeza, pero aun así lo hice. Le indiqué que entrara y, sin decir nada, nos dirigimos a mi habitación.
-Joseph...- murmuré una vez que la puerta su cerró detrás nuestro y él clavó sus profundos ojos color miel en los míos al momento en que una lagrima brotaba de ellos, logrando que mi corazón se retorciera de angustia al verlo así -¿Qué es lo que pasó?- lo abracé y nos sentamos en mi cama; él apoyó su cabeza en mi regazo.
-La vi; estaba con otro Aly...- susurró sin poder mirarme y una rabia irracional me invadió –Lo siento tanto, siempre tuviste razón sobre ella y no quise escucharte- se lamentó. Acaricié su cabello suavemente, calmando mi ira hacia aquella que había destrozado su corazón, y junto a él el mío; porque aunque nunca me he atrevido a decírselo, he estado enamorada de Joe desde que tengo memoria. Durante 10 largos años he esperado que él me vea como algo mas que su mejor amiga, pero sabía que eso no ocurriría, menos aun cuando el lloraba en mi regazo por otra, alguien que para nada era merecedora de su amor.
-No debes disculparte- musité secando las escasas lagrimas de sus mejillas –y menos aun llorar por ella, no vale la pena.-
-Pero la amo Alyson- replicó incrustando una daga en mi ya destrozado corazón –No sabes lo que es ver a la persona que amas con otro...- y ahí estaba removiendo las heridas una vez más, pero esta vez no fingiría que todo iba bien, ya no podía soportarlo. Una lagrima recorrió mi mejilla y la sequé rápidamente.
-Claro que lo sé- susurré y él volteó su rostro para mirarme con cierto grado de confusión –Sé lo que es ver a la persona que uno amó y ama con otra; sé lo que es ver a esa persona llorar por alguien que no merece su amor, tener que reparar su corazón para que el propio pueda seguir latiendo, porque no puede hacerlo sin él. También sé lo que es amar en silencio, esperando algún día ser amado de la misma manera, y que tu corazón se desgarre en mil pedazos al ver que ese momento nunca llegará; sé lo que es querer arrancarse el corazón para ya no sentir ese dolor...- cerré mis ojos dejando las lagrimas recorrer libres mis mejillas, y al abrirlos Joe se había incorporado para quedar frente a mí y poder clavar sus ojos llenos de desconcierto y tristeza en los míos, que reflejaban dolor y resignación.
-¿A qué... a qué te refieres?- preguntó y yo agaché mi mirada. Él acarició mi mejilla con delicadeza e hizo que lo mirara nuevamente a los ojos, esos ojos en los que había aprendido a perderme y refugiarme cuando creía todo perdido.
-A que te amo Joseph. Siempre te amé y te sigo amando, pero estoy harta de tener que amarte en silencio, reparando tu corazón que otras menosprecian a medida que el mío muere lentamente porque te enamoras siempre de la persona equivocada, de aquella que no te merece, que no sabe apreciar tu amor. Cansada de esperar un amor que nunca llegará.-
-Aly...-
-No necesitas decir nada. Podemos hacer como que esto nunca sucedió y seguir siendo los mejores amigos; puedes irte y no volver si lo deseas también, no te lo reprocharé. O puedes dejarme sanar tus heridas una vez más, de una manera diferente, déjame ser la nueva cura para tu corazón roto; sé que mi amor es lo suficientemente fuerte para mantenernos a ambos...- agaché mi mirada y él nuevamente me hizo mirarlo levantando mi mentón.-Siempre fuiste la cura- murmuró cerca de mi rostro para luego acortar la escasa distancia que nos separaba y, con una leve presión de sus labios sobre los míos, lograr que dos corazones rotos volvieran a latir juntos, en un único latido.